La
comarca salmantina de El Campo de Argañán,
que hace frontera con Portugal, es uno
de los reductos españoles donde
aún nacen de forma natural las
sandías de color amarillo, debido
a la pigmentación de la pulpa.
El municipio donde más se da esta
variedad de sandía amarilla es
en La Alameda de Gardón, una localidad
de apenas un centenar de habitantes, donde
la mayoría de sus vecinos tiene
un melonar en los que en esta época
del año se recolecta la mencionada
variedad en grandes cantidades, aunque
para consumo propio.
Basilio Patino, vecino de La Alameda de
Gardón, dispone de un huerto en
el que tiene un melonar y donde nace todos
los años este tipo de sandías
amarillas, ya que "es lo que aquí
se da, aunque se siembren sandías
con la simiente de variedad roja nacen
amarillas y, no sabemos por qué
razón, siempre ha sido así".
Este tipo de sandía amarilla, que
también se puede recolectar en
municipios de esta zona de El Campo de
Argañán como Villar de Argañán
o en localidades fronterizas de Portugal
como San Pedro de Río Seco, es
mucho más dulce que la sandía
con la pulpa roja, las pipas son aplastadas
y más grandes y "lo curioso
es que hasta que no se abre no se puede
saber si es amarilla o roja, ya que por
fuera el aspecto es el mismo que el de
las comunes", explica Patino.
Otro vecino de La Alameda de Gardón,
Sebastián García, que también
recolecta este tipo de sandías,
matiza que "lo de la pulpa amarilla
debe ser por la pigmentación que
coge del suelo ya que, si se mantiene
la simiente de una sandía en años
sucesivos, la pulpa es cada vez más
pálida y, al cabo de 3 ó
4 años, acaba siendo blanca".
En realidad, ninguno de los vecinos sabe
a ciencia cierta por qué la pulpa
de las sandías es amarilla ya que
"también pudiera ser por el
proceso de polinización",
matiza Basilio Patino.
Otros aseguran que lo del color amarillo
se debe a que es un híbrido entre
la calabaza y la sandía.
José Frías, que también
dispone de un melonar en esta localidad,
asegura que "yo siempre las he conocido
de este color, aunque reconozco que la
gente se sorprende al verlas por primera
vez".
Científicamente, la pulpa de estas
sandías es amarilla debido a los
pigmentos vegetales naturales denominados
"Carotenoides", que son los
que le dan este color, en detrimento del
rojo.
Este pigmento es beneficioso para evitar
la degeneración de la mácula
de los ojos y también mejora el
funcionamiento del sistema inmunitario.
Un estudio de la Universidad de Texas,
hecho público el pasado mes de
julio, ha concluido que la "Citrulina"
(un aminoácido vasodilatador) de
las sandías es un 60% mayor en
las que tienen la pulpa amarilla, motivo
por el que, al disponer de una mayor concentración
de este tipo de aminoácidos, son
aún más beneficiosas para
combatir la hipertensión, la diabetes
o la impotencia sexual. |